Orval, la trapense belga del Valle de Oro
La cerveza trapense Orval es todo un referente entre las cervezas belgas de calidad. Se distingue de las demás cervezas trapenses por su peculiar sabor que consigue gracias a la gran calidad del agua, los lúpulos y la levadura Brettanomyces lambicus con los que se elabora. En su producción se utilizan lúpulos de la variedad Hallertau, Styrian Goldings y Strisselspalt, este último de origen francés, añadidos mediante la técnica del dry-hopping durante su segunda fermentación.
Los orígenes de Orval
Orval es una ale de aspecto turbio, aroma complejo a tierra y especias y sabor afrutado y amargo. Su proceso de maduración le otorga un peculiar matiz afrutado, que sirve de equilibrio a su sabor complejo y amargo.
La cerveza Orval se creó en 1931 y fue obra del primer maestro cervecero de Brasserie Orval, un alemán procedente de Baviera llamado Martin Pappenheimer. En la época, se usaron métodos hasta entonces nunca vistos como la elaboración mediante infusión y el dry-hopping. En esa época se diseñaron también la etiqueta y la característica botella que conocemos hoy en día.
La Abadía de Orval
Aunque el monasterio de Orval, Abbaye Notre-Dame d’Orval, situado en Gaume, Bélgica, existe desde el año 1071, la cervecería que conocemos hoy en día se funda en 1931 para financiar las obras de reconstrucción del monasterio. Se cree que anteriormente, a lo largo de su historia, ha llegado a existir otra cervecería dentro del monasterio. Hay que tener en cuenta que antiguamente, la cerveza era considerada una bebida saludable y con propiedades nutritivas. Así que la elaboración de cerveza en las abadías era algo muy habitual.
Hay varios hechos que corroboran esta creencia, como referencias topográficas en dibujos antiguos, una descripción detallada de la producción de cerveza dejada por un visitante franciscano hace trescientos años o una zona llamada «campo de lúpulo» muy cercana al monasterio.
Auténtica cerveza trapense
Hoy en día, Brasserie d’Orval, en su deseo de preservar la calidad del producto, sigue usando los mismos métodos tradicionales de producción que usaba hace ochenta años. Además, es la primera cerveza trapense en tener una maestra cervecera. La figura de Anne-Françoise Pypaert ha ejercido una enorme influencia y ha supuesto una garantía de calidad del producto.
Por otra parte, su calificación de “Auténtico Producto Trapense” le obliga a seguir unas estrictas directrices en su producción: la cerveza debe elaborarse siempre dentro de las pareces del monasterio, la comunidad del monasterio debe estar directamente involucrada en su elaboración y los beneficios deben ser donados a la caridad. Solo hay 12 fábricas de cerveza en el mundo consideradas oficialmente “trapenses”. Entre ellas se encuentran Westmalle, Chimay, Rochefort, Zundert, Westvleteren, Spencer y La Trappe, entre otras.
La leyenda del Valle de Oro
La etiqueta rinde homenaje a la leyenda sobre la fundación del monasterio de Orval. En ella se muestra una trucha con un anillo en la boca. La leyenda cuenta como la condesa Matilde de Toscana, viuda del duque de la Baja Lorena, dejó caer accidentalmente su anillo de compromiso en el valle. Una trucha lo encontró y salió del agua con el anillo en la boca. Matilde exclamó: «¡Este es realmente un valle de oro!» («Val d’Or» significa «valle de oro» y de ahí derivó en Orval). Como agradecimiento, Matilde fundó un monasterio en ese mismo lugar,
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