Regina Wauters, la gran pionera detrás de Rodenbach
El papel de la mujer en la elaboración de cerveza a lo largo de la historia es fundamental. Desde su invención hace 7000 años en Mesopotamia, las mujeres han sido las encargadas de la producción y comercialización de la cerveza.
Y es que si la cerveza existe tal y como la conocemos hoy en día ha sido gracias a las valiosas contribuciones de las mujeres a lo largo de la historia.
La llegada de la industrialización y la automatización de los procesos de producción, junto con el sexismo y los estrictos roles de género, expulsaría a la mujer del sector cervecero, convirtiéndolo en predominantemente masculino.
Es por esto que es tremendamente necesario reivindicar y recordar el papel de mujeres brillantes que han destacado a pesar de las dificultades y obstáculos a los que se han tenido que enfrentar por el simple hecho de ser mujeres.
Regina Wauters y la cervecería Rodenbach
Regina Wauters (1 de marzo de 1795 – 24 de enero de 1874), destacada empresaria y cervecera belga, es un ejemplo de mujer cervecera que vivió los prejuicios de una sociedad tremendamente sexista.
Regina Wauters nació en Malinas, Bélgica, y era hija de un acaudalado cervecero local. En 1818, contrajo matrimonio con Pedro Rodenbach y se trasladó a Roeselare, donde la familia Rodenbach poseía la cervecería Rodenbach.
En 1836 Pedro y Regina compraron la cervecería familiar, con todo el equipamiento, las casas anexas y la posada. Para ello se usó el dinero de Regina, quien asumió la gestión de la cervecería. De esta forma Regina, a sus cuarenta y un años y con ocho hijos a su cargo, tomó el control total de la cervecería de Roeselare. Mientras tanto, Pedro servía en el ejército durante la Revolución belga.

El espíritu emprendedor de Regina
En 1836 Regina Wauters pidió permiso al ayuntamiento para instalar una máquina de vapor de doce caballos en su fábrica. Esto demostraba su gran sentido de la innovación y espíritu emprendedor, ya que las máquinas de vapor se utilizaban sobre todo en la industria textil y era la primera vez que se instalaban en una fábrica de cerveza.
De esta forma modernizó la producción cervecera y bajo su liderazgo la cervecería Rodenbach se consolidó como una de las más importantes de la región, sentando las bases para su futuro.
En el año de la revuelta de 1848, Pedro murió en Bruselas y Regina siguió adelante, ampliando la cervecería y comprando otros negocios.
Al hacerlo, Regina se enfrentó a la competencia de otra mujer: Anna Gesquiere, viuda Cauwe, que también dirigía una cervecería en Roeselare. Ambas eran astutas mujeres de negocios.
Una potente herencia cervecera
En 1864, con casi setenta años, Regina vendió la cervecería a su hijo Eduard. Eduard y su nieto Eugène continuaron con su labor y aseguraron la supervivencia de la cervecería.
En 1878 tuvo lugar un hecho clave para la cervecería. Eugène viajó a Inglaterra donde aprendió el arte de la vinificación de la cerveza, además de cómo optimizar el proceso de maduración en barriles de roble. Es este proceso el que distingue a las cervezas Rodenbach y las hace únicas.
En la actualidad, la fábrica de Rodenbach es conocida por sus famosas salas de barriles que contienen 294 barriles de roble, algunos de ellos de 150 años de edad, y considerados parte de la herencia cultural de la comunidad flamenca.
Regina Wauters es recordada como una pionera en la industria cervecera belga, demostrando que las mujeres estaban más que capacitadas para desempeñar roles fundamentales en un sector dominado por hombres en el siglo XIX.
Afortunadamente, cada vez es más común ver a mujeres involucradas en la producción de cerveza, ejerciendo de maestras cerveceras y ocupando puestos de liderazgo en el sector cervecero.
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