El origen de las cervezas belgas de Grimbergen se encuentra en el año 1128, cuando los señores de la localidad de Grimbergen, situada en el Brabante belga, pidieron a Norberto Van Xanten, fundador de la orden Premonstratense, que construyese una abadía. Los monjes instalaron
una cervecería en el interior de la abadía y comenzaron a elaborar cerveza.
Unos años más tarde, en 1142, los señores de Grimbergen se rebelaron contra el duque de Brabante. La contienda resultante provocó la destrucción de la abadía, que fue reconstruida por los propios monjes piedra a piedra.
A lo largo de la historia, la abadía ha sido protagonista de numerosas calamidades, siendo destruida numerosas veces y reconstruida después. En 1625, los monjes de Grimbergen crearon
el símbolo del ave fénix y lo incluyeron en su escudo de armas, junto con el lema “ardet nec consumitur” (quemada pero no destruida). Este lema hace referencia a la gran fortaleza de la abadía y su capacidad de resurgir de las cenizas.
En la actualidad se siguen elaborando las cervezas de Grimbergen conforme a las recetas tradicionales de los monjes y con la levadura original, que tiene
más de nueve siglos de antigüedad .
Color dorado oscuro con reflejos caoba y espuma densa y persistente. Aromas afrutados con notas a regaliz, fruta madura y ciruelas frescas. Sabor cálido a especias, caramelo y malta. Graudación: 6,5 grados de alcohol.